lunes, 9 de julio de 2007

LOS COSTOS DE UN ACCIDENTE FATAL

Según estadísticas proporcionadas por Marsh Corredores de Seguros, entre 1995 y 1998 las empresas pagaron un promedio de $25 millones, por cada trabajador muerto en Santiago, Valparaíso, Concepción y Antofagasta (tomado de Reportaje del Sábado, El Mercurio, 7 Julio de 2007).

En 2000, el promedio se elevó a $115 millones. ¿Suma? los muertos quintuplicaron su valor en menos de cinco años. Estas cifras son bastante menor, en términos económicos, en comparación a Estados Unidos, donde, las indemnizaciones ascienden en promedio a US$ 1,5 millón por trabajador. Y en el caso de que sea mujer, a US$ 1,25 millón, según crifras publicadas por Limits of Liability 2006.

Si estas cifras las traspasamos a nuestra realidad podemos indicar que el año 2006 se produjeron 243 muertes por accidentes del trabajo.

Estos valores nos debieran llevar a la reflexión, ¿Qué sucede con las familias que no han sido indemnizadas o lo fueron por una cifra bastante inferior? En el aspecto emocional la vida de un ser querido no tienen precio para sus familias, cómo se le explica a un niño que su padre no volverá más a casa a jugar ya que perdió la vida en su trabajo; o a la señora que el compañero de su vida ya no va a estar con ellos en la semana, en las actividades de sus hijos y en el crecimiento de ellos. En cuanto al impacto económico, las consecuencias son catastróficas y perjudica seriamente las expectativas futuras del grupo familiar.

Por eso, el crear una cultura de seguridad es indispensable para que evitemos tener que lamentar más muertos por accidentes del trabajo en Chile o accidentes con consecuencias graves para el trabajador y para modificar las contradicciones entre el “Decir” y el “Hacer” de la Gestión Preventiva en las Empresas.

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